México, es el país de Latinoamérica con mayor número de habitantes indígenas (más de diez millones de personas), lo que suma a la riqueza cultural que poseemos. Un estudio hecho por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN) en 2016, indica que los ecosistemas con menos deterioro en México están localizados donde se encuentran distribuidas las comunidades indígenas del país. A lo largo de milenios, estas comunidades han llevado a cabo prácticas de aprovechamiento sustentables que no solamente protegen a la naturaleza, sino que incrementan la biodiversidad. Un ejemplo clave de esto es la domesticación del maíz, y la diversificación de sus razas. Sin las comunidades indígenas de México, este grano no existiría y ni los humanos del mundo entero ni el resto de las especies podría disfrutar de esta deliciosa planta.
Los pueblos indígenas se consideran parte del medio natural y comprenden la interrelación de todas las formas de vida, conciben la naturaleza y la sociedad como una misma unidad: inseparable y parte de su identidad. Siguiendo los lineamientos de la ONU, reconocemos el conocimiento y la experiencia de los diversos grupos indígenas de México, así como su importancia para la conservación de la naturaleza de nuestro país. Nuestro trabajo sigue el ejemplo ofrecido por estas comunidades y busca la colaboración intercultural para llevar su experiencia y conocimiento a otras poblaciones.